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lunes, 8 de junio de 2015

https://youtu.be/9Ao_RlYggvc

Vacuna del virus del papiloma humano (VPH), lo que dice la ciencia

La vacunación es el avance médico más importante logrado por la humanidad. Ha salvado millones de vidas y ahorrado innumerables sufrimientos, los que lamentablemente todavía tienen que padecer los países menos desarrollados, que anhelan disponer de los recursos y medios para poder utilizarlas masivamente. Y, mientras en occidente hemos sido testigos de sus generosos beneficios, simultáneamente también hemos presenciado la creciente corriente en contra de su utilización.


Últimamente una de las vacunas más atacada es la del virus del papiloma humano (VPH en español o HPV en inglés). Algunas personas de cierta relevancia mediática ponen en duda su seguridad y eficacia y es fácil encontrar por internet abundante información en este sentido.

Para ver hasta qué punto estas afirmaciones son ciertas y la información fiable, vamos a aclarar los mitos y realidades que hay alrededor de esta vacuna, repasando toda la evidencia científica acumulada hasta la fecha.

El VPH, cómo actúa y qué relación tiene con el cáncer

El virus del papiloma humano pertenece a la familia de los papilomavirus. Realmente es un conjunto de virus de los que se conocen varias decenas de variedades (que se identifican con números, como por ejemplo VPH-16 o VPH-18). Presentan forma de icosaedro, con un tamaño aproximado de 50-60 nm de diámetro y un genoma circular de doble cadena.


Fotografía VPH (fuente)

La acción de este virus se centra en la infección de ciertas zonas de las mucosas  y de la piel. Con frecuencia genera infecciones subclínicas (sin manifestaciones evidentes) y asintomáticas, pero si no remiten, pueden evolucionar a peor. En primer lugar pueden convertirse en papilomas (como las verrugas) y posteriormente pueden llegar a volverse lesiones precancerosas. Estas últimas, desafortunadamente, pueden progresar a lo largo de los años y acabar como cáncer invasivo.

El VPH se considera un oncovirus, es decir, un virus que tiene la capacidad de infiltrarse en el anfitrión y alterar genes que controlan diversos aspectos de las células, inutilizando mecanismos de control y supresión de tumores y  facilitando el crecimiento descontrolado de células. Los diferentes tipos del VPH se relacionan con diversas enfermedades, todas ellas relacionadas con el crecimiento anormal tras su infección. En la siguiente tabla se pueden ver las relaciones, que afectan a varias zonas de nuestro cuerpo, no solo la genital (por lo que pueden afectar tanto a hombres como a mujeres):


Entre todas estas, la relación más estudiada es la de los cánceres genitales, en concreto el importante papel del VPH en el desarrollo del cáncer de cuello de útero.  Las investigaciones (1234) indican que el virus es condición necesaria para el desarrollo de la mayoría de este tipo de cánceres.  Estos planteamientos están unánimemente aceptados, no existe controversia al respecto porque las pruebas son muchas y muy sólidas, hasta el punto que en 2008 Harald Zur hausen recibió el premio Nobel de medicina por haber descubierto la relación entre el virus y el cáncer.

Aunque se han identificado más de un centenar de tipos de HPV, no todos los tipos de virus se asocian con igual intensidad al riesgo de cáncer, ni mucho menos. Según la International Agency Of Research on Cancer (IARC), la entidad que clasifica el riesgo de cáncer de todo tipo de agentes, tan solo una docena de ellos se consideran carcinogénicos (fuente). Y al analizar la influencia de forma individual, se ha comprobado  que la mayor parte de la responsabilidad recae sobre dos de estas variedades de virus, en concreto el VPH-16 y el VPH-18, estando presentes en más de dos tercios de los casos de cáncer de cuello de útero (12)

El proceso que empieza en una infección y evoluciona hacia lesiones de mayor gravedad se vigila y monitoriza observando la aparición y evolución de acumulaciones anormales de células, las neoplasias cervicales intraepiteliales (CIN), que es como se llama al crecimiento anormal y pre-canceroso de células escamosas en el cuello uterino a partir de las infecciones primarias. Estos crecimientos celulares se clasifican en tres grados, en función de su desarrollo y de gravedad: CIN-1, CIN-2 y CIN-3, siendo considerado el primero como leve y el tercero como un carcinoma in situ.












Además, en ocasiones también suelen utilizarse como referencia los VIN (neoplasia intraepitelial vulvar), lesiones del epitelio escamoso de la vulva, mediante una clasificación similar a la de los CIN.

La mayor parte de las veces las infecciones de cualquier tipo de virus VPH son combatidas exitosamente y de forma autónoma por nuestro sistema inmunitario. Se estima que el 70% de los CIN-1 desaparecerán en un año y el 90% en dos años. Y alrededor del 50% de CIN 2 desaparecerán tras dos años sin tratamiento. En el otro extremo, la progresión a CIN-3 se presenta en aproximadamente el 11% de CIN-1 y el 22% de CIN-2. Y la progresión a cáncer invasivo se presenta en aproximadamente 1% de CIN-1, en el 5% en el CIN-2 y al menos en el 12% en CIN-3 (aunque en algunos estudios este valor es mayor, en función del tiempo estudiado y la edad).

A nivel mundial, la prevalencia media del VPH entre mujeres sin patologías oscila entre el 8 y el 20%, con importantes variaciones dependiendo del país y de la edad. Esta prevalencia es máxima en segmentos de edad en las que existe mayor diversidad de pareja y actividad sexual (adolescencia-juventud), entre los 20 y 24 años, ya que estas infecciones se contagian sobre todo mediante relaciones sexuales (estudio).


Prevalencia de cualquier tipo de VPH en EEUU, segmentada por edades (fuente)

En España las estadísticas coinciden con estos rangos (estudio), aunque se considera un país con baja incidencia de este tipo de cáncer:

Prevalencia de cualquier tipo de VPH en España, segmentada por edades (fuente)


Prevalencia de VPH de alto riesgo en España, segmentada por edades (fuente)

Métodos de prevención previos 

El mecanismo más conocido y extendido que se ha utilizado  históricamente en las revisiones ginecológicas para prevenir el cáncer de cuello de útero es el test papanicolau, o "test pap", un proceso en el que se toman muestras y se analizan, a la búsqueda de células anormales que podrían degenerar en cancerosas. Se trata de una prueba con baja sensibilidad (50-60 %) y una alta tasa de falsos negativos (30 %). Sin embargo, es un examen relativamente barato, fácil y simple y contribuye eficazmente al diagnóstico precoz del cáncer del cuello uterino. Se calcula que su uso ha reducido las muertes por este tipo de cáncer en más del 50 %, como podemos ver en esta gráfica del reciente estudio sobre la tendencia del cáncer en el mundo:


Si el resultado del test pap es positivo, posteriormente suele hacerse una colposcopia, proceso en el que las células anormales y cancerosas pueden eliminarse con un procedimiento simple, por cauterización o crioterapia.

Todos los expertos recomiendan seguir utilizando en la actualidad este test y las revisiones ginecológicas periódicas como sistema de prevención, ya que presentan una buena relación eficacia-sencillez-coste y porque ademas las vacunas no protegen contra todos los tipos de virus.

Prevención mediante la vacuna

En la actualidad existen dos vacunas contra el VPH aprobadas, de nombre comercial Cervarix y Gardasil, creadas por las farmacéuticas  GlaxoSmithKline y Merck, respectivamente. Ambas tienen objetivos preventivos, es decir, no curan el virus ni el cáncer de cuello de útero si ya están presentes. Son, por lo tanto, una medida profiláctica.

Ambas vacunas incluyen moléculas específicas (proteínas inactivas) que "preparan" el sistema inmunológico para ser capaz de combatir eficazmente las oncoproteínas del virus cuando lleguen y, en consecuencia, evitar posibles  infecciones posteriores. Evidentemente, de esta forma también se previene la aparición de las neoplasias derivadas de dichas infecciones (ya sean CIN-1, 2 o 3). Para maximizar su eficacia, los fabricantes recomiendan aplicar tres dosis, separadas por cierto espacio de tiempo.

Como la vacuna debe aplicarse antes de que se produzca la infección, se recomienda en niñas y jóvenes que no hayan tenido relaciones sexuales, ya que a estas edades hay muy baja probabilidad de presencia del virus. De cualquier modo, también se puede aplicar posteriormente, hasta los 26 años, porque las mujeres no siempre suelen estar infectadas por todos los tipos de virus.

El Cervarix es una vacuna bivalente, es decir, que está dirigida contra dos de los virus, VPH-16 y 18, los identificados como de más alto riesgo porque se consideran responsables de la mayoría de los cánceres de cuello de útero. Por su parte, Gardasil es tetravalente y además de estar diseñada para proteger contra los virus 16/18, también añade a la lista otros dos tipos, VPH-6 y 11, de menor riesgo que los anteriores.

Destacar que recientemente, la FDA ha aprobado la nonavalente Gardasil-9 , que protege ante la acción de nueve tipos de virus, siendo en la actualidad la de mayor espectro.

Aprobación y eficacia

En la siguiente infografía del Centro para el Control de Enfermedades  norteamericano (CDC) pueden verse los pasos que hay que seguir para aprobar un medicamento de este tipo y controlar su seguridad (fuente) :


Como no puede ser de otra forma, la vacuna ha seguido todos estos pasos y protocolos exigidos para su aprobación, que se resumen en las tres fases que se muestran en la infografía, involucrando a muchos miles de personas.

En el caso de Gardasil, la primera que fue aprobada por la FDA en 2006, incluyó en sus estudios a unos 20.000 pacientes. Los detalles de la aprobación pueden verse en este enlace; y en este otro se puede leer una parte del documento de la FDA que resume los diferentes resultados obtenidos. Por su parte, el Cervarix, fue aprobada en 2009 tras ser testada en varios ensayos en casi 20.000 mujeres. Se pueden ver algunos de los principales detalles en este enlace. Y, finalmente, Merck ha logrado recientemente la aprobación de su vacuna nonavalente Gardasil-9 (enlace), tras incluir en sus ensayos a unas 18.000 mujeres.

Para los más curiosos o los que quieran confirmar algún dato, estas son las publicaciones que describen los detalles de los ensayos originales que se presentaron al proceso de aprobación de Gardasil:
Y estas las publicaciones de los ensayos previos para el Cervarix:
Respecto a la comprobación de la eficacia de la vacuna, la cuestión es algo compleja, como veremos a continuación.

Por un lado, el objetivo final es la prevención del cáncer invasivo, una enfermedad muy grave, así que un ensayo de intervención diseñado para medir su aparición no sería aceptado por los comités éticos, ya que no se suele permitir tener a un grupo de pacientes contrayendo patologías muy graves o muriéndose y al otro grupo sin problemas. Por otro lado, los largos periodos de desarrollo de este tipo de cánceres, a menudo décadas, hacen prácticamente inviable práctica y económicamente ensayos hasta ese punto final. Y, de cualquier forma, en este caso, todos los expertos coinciden en que las evidencias sobre la relación entre el desarrollo de las infecciones y las neoplasias posteriores como precursores del cáncer son muy sólidas (sin infecciones y neoplasias no surgen estos tipos de cánceres de cuello de útero invasivo). Por lo tanto, se considera que la prevención de estas neoplasias es una medida altamente eficaz para evitar dicho cáncer, considerando las CIN-1, 2 y 3 un indicador fiable para los ensayos.

En lo que respecta a los resultados, la eficacia que se obtuvo durante los ensayos de aprobación en todos los casos fue muy elevada. Para los casos en los que no existía infección previa, la prevención de infecciones y neoplasias relacionadas con los virus de tratamiento fue cercana al 100%. Evidentemente, cuando en el ensayo se incluía a mujeres que podían tener presencia de alguno de los virus, la eficacia se reducía, ya que en ese caso la prevención pre-infección no era posible.

Este el resumen de los resultados de eficacia de la aprobación da Gardasil (tetravalente) y Cervarix (bivalente) que tuvieron en los ensayos presentados al procesos de aprobación (fuente).


En esta tabla, en las tres columnas, podemos ver tres tipos de resultados relacionados con la eficacia, para dos tipos de indicadores de control: las enfermedades relacionadas con los VPH-objetivo y las enfermedades genitales independientes del tipo de VPH. Voy a explicar lo qué quiere decir cada una de ellas, porque utilizaremos esos términos en varias ocasiones.

El resultado llamado "ATP" es el "Análisis por Protocolo", referido únicamente a los pacientes que siguieron y cumplieron rigurosamente todos los requisitos del ensayo (especialmente recibir las tres dosis recomendadas). El resultado "ITT" (de "Intention To Treat", intención de tratar) se refiere a todos los pacientes aleatorizados inicialmente y que huyan recibido al menos una dosis de la vacuna, aunque no hayan finalizado el ensayo y/o seguido los protocolos. Y el "MITT-naïve" (de "Modified Intention To Treat" o intención de tratar modificada) es la eficacia sobre todas las mujeres que no presentaban previamente presencia del virus, hayan seguido o no el protocolo.

Pues bien, como se puede observar en la tabla, para los tres tipos de resultados, son valores muy elevados. Y que rozan la ausencia total de neoplasias e infecciones si se cumplen los protocolos (grupos ATP).

Tras la aprobación de ambas vacunas, se han seguido realizando ensayos y publicado una cantidad importante de revisiones sistemáticas y metaanálisis sobre su eficacia, incluyendo en cada revisión colectivos de decenas de miles de personas. Son las siguientes, por orden cronológico, incluyendo el resumen de sus resultados finales traducidos del documento original:

Prophylactic vaccination against human papillomavirus infection and disease in women: a systematic review of randomized controlled trials (2007): "la vacunación profilactica contra el VPH se asoció con una reducción en la frecuencia de las lesiones cervicales de alto grado causadas por cepas de VPH enre las personas vacunadas, a en comparación con el grupo de control:(...). La vacunación también fue altamente eficaz en la prevención de otras infecciones y enfermedades  relacionadas con el VPH, incluyendo la infección persistente por VPH, las lesiones de bajo grado y las verrugas genitales".

Efficacy of a quadrivalent prophylactic human papillomavirus (types 6, 11, 16, and 18) L1 virus-like-particle vaccine against high-grade vulval and vaginal lesions: a combined analysis of three randomised clinical trials (2007) "Entre las mujeres sin infección previa de HPV16 o HPV18 tras 1 mes después de las aplicación, la vacuna fue del 100% para ATP contra VIN2-3 o VaIN2 -3 asociado con HPV16 o HPV18. Respecto a ITT la eficacia de la vacuna contra VIN2-3 o VaIN2-3 asociado con HPV16 o HPV18 fue del 71% . La vacuna fue además eficaz en un 49% de los casos contra todo VIN2-3 o VaIN2-3, independientemente de si se detectó o no ADN del VPH en la lesión".

HPV vaccine efficacy in preventing persistent cervical HPV infection: a systematic review and meta-analysis (2007): "Incluyendo solo los estudios sobre vacunas bivalentes y tetravalentes, se obtuvo un RR (riesgo relativo) de 0,13 para infecciones del VPH-16 y un RR de 0,22  para infecciones VPH-18 (...) La eficacia de la vacuna contra el VPH para prevenir la infección persistente es alta..."

A pooled analysis of continued prophylactic efficacy of quadrivalent human papillomavirus (Types 6/11/16/18) vaccine against high-grade cervical and external genital lesions (2009) "La eficacia de la vacuna para lesiones cervicales de alto grado relacionadas con el VPH 6/18/11/16 / en poblaciones ATP e ITT fue del 98,2%  y 51.5 %, respectivamente. La eficacia de la vacuna para lesiones de alto grado vulvares y vaginales para ATP e IIT fue de 100,0% y 79,0%, respectivamente."

Efficacy of human papillomavirus vaccines: a systematic quantitative review (2009). "Las vacunas bivalentes y cuatrivalentes redujeron significativamente la tasa de lesiones en el cuello uterino, vulva, vagina y región anogenital, con una eficacia del 93% y 62%  respectivamente de acuerdo a criterios ITT."

- Impact of human papillomavirus (HPV)-6/11/16/18 vaccine on all HPV-associated genital diseases in young women (2010) "En la población sin infección previa de ninguno de los 14 tipos de VPH, la vacunación fue hasta 100% efectiva en la reducción del riesgo de cuello uterino relacionado con el 18 HPV16 / de alto grado, la vulva, y las lesiones vaginales y verrugas genitales relacionadas con el 11 de HPV6 /. Para ITT, la vacunación también redujo significativamente el riesgo de cualquier lesión cervical de alto grado (19,0%), lesiones vulvares y vaginales (50,7%), verrugas genitales (62,0%), anomalías de Papanicolaou (11,3%) y terapia definitiva cervical (23,0%), independientemente del tipo de VPH causal".

Efficacy and safety of prophylactic vaccines against cervical HPV infection and diseases among women: a systematic review & meta-analysis (2011) "Globalmente, la vacuna fue altamente eficaz contra infecciones persistentes de 6 meses con el VPH 16 y 18, tanto en la cohorte ATP como las cohortes ITT. El efecto profiláctico fue limitado contra CIN2 o más e infecciones persistentes de 6 meses asociados con otros tipos de VPH no vacunados."

Efficacy and safety of human papilloma virus vaccine in cervical cancer prevention: systematic review and meta-analysis (2012): "Entre las mujeres vacunadas, el riesgo relativo (RR) de lesiones CIN2 o superior en desarrollo fue 0,45 para el VPH-16, 0,14 para el VPH-18, y 0,79 para los serotipos oncogénicos no incluido en las vacunas 31/33/45/52/58".

Efficacy of commercially available vaccines against HPV infection in women: a systematic review and meta-analysis (2013): "Las vacunas reducen el riesgo de lesiones precursoras de cáncer cervical, presentando una eficacia del 97% para CIN 2 y el 96%  para CIN 3, para ATP . Las eficacias en el ITT fue menor: 63% y 42%  respectivamente"

Cross-protective efficacy of two human papillomavirus vaccines: a systematic review and meta-analysis (2012). En esta revisión se analizó la protección ante virus diferentes a los VPH-objetivo (eficacia cruzada), concluyendo que las vacunas también protegen ante virus diferentes a los suyos, con protecciones oscilaban entre el 7 y el 100%, dependiendo del tipo de virus.

Todos estas revisiones y resultados llevan a pensar que, con mucha probabilidad, la vacuna ayudará a reducir la incidencia y mortalidad del cáncer de cuello de útero. Pero es cierto que, por el momento, es un resultado final pendiente de cuantificar, ya que los resultados que conocemos son muy eficaces pero intermedios.

Sin duda durante los próximos años sabremos hasta qué punto llega su aportación.

Duración de la protección a largo plazo

Como acabo de decir, al igual que ocurre con todos los medicamentos de esta naturaleza - preventivos y para el largo plazo - su efectividad en periodos de tiempo muy amplios deberá ser confirmada con los años. Sin embargo, hoy en día no hay razones objetivas (ni mecanismos probados)  para pensar que pueda ocurrir una disminución significativa. Como se puede comprobar en esta tabladel metaanálisis más reciente, las revisiones incluyen ensayos que han analizado la eficacia tras una cantidad significativa de tiempo, que llega hasta los cinco años, sin que se detecte una disminución de la eficacia significativa.

Además, hay publicaciones recientes de ensayos que han estudiado la inmunidad en periodos más largos. Son los siguientes, agrupados por la cantidad de tiempo tras la vacunación que han estudiado:

- Tras 6 años de la vacunación: "Long-term immunogenicity and safety of the HPV-16/18 AS04-adjuvanted vaccine in 10- to 14-year-old girls: open 6-year follow-up of an initial observer-blinded, randomized trial" (2014) y Persistence of immune responses to the HPV-16/18 AS04-adjuvanted vaccine in women aged 15-55 years and first-time modelling of antibody responses in mature women: results from an open-label 6-year follow-up study (2015).

- Tras 8 años de la vacunación: Long-term study of a quadrivalent human papillomavirus vaccine(2014).

- Tras 9 años de la vacunación: Sustained efficacy, immunogenicity, and safety of the HPV-16/18 AS04-adjuvanted vaccine: final analysis of a long-term follow-up study up to 9.4 years post-vaccination(2014)

Todos ellos concluyen que se mantiene la elevada presencia de anticuerpos contra el virus y, por lo tanto, la inmunidad.

Además, en la revisión 2014 sobre este tema "Long-term efficacy and safety of human papillomavirus vaccination", se llega a la misma conclusión: "La vacuna sigue siendo inmunogénica y bien tolerada hasta 9 años después de la vacunación"

Seguridad y efectos adversos

La mejor forma de conocer los efectos secundarios de un medicamento es mediante los ensayos aleatorios doble ciego. En este tipo de ensayos los pacientes se dividen en dos grupos aleatoriamente y se les administra el tratamiento o un placebo, sin que ellos ni el médico sepan en cual de los grupos están. Si el medicamento realmente provoca efectos negativos, el grupo que lo recibe presentará más y diferentes efectos secundarios que el que se la ha administrado placebo.

Evidentemente, en los ensayos de aprobación se controló este aspecto. Y, como puede leerse por ejemplo en el documento de aprobación del Gerdasil (en el que se incluyó a unas 20.000 personas), no hubo diferencias clínicamente significativas entre ambos grupos, el de intervención y el de control.

Evidentemente, el análisis de la seguridad no acabó con la aprobación. Por un lado, se siguen realizando ensayos y comparando las diferencias en efectos adversos a más largo plazo. Así se lo exigen las autoridades sanitarias a los fabricantes. En este sentido, varias de las revisiones y metaanálisis mencionados en el apartado anterior sobre la eficacia han analizado también la seguridad comparando los efectos adversos del grupo de de personas vacunadas y de grupo de control (placebo) (123). En ninguna se detectan diferencias clínicamente significativas entre ambos grupos.

Además, durante los últimos años se han publicado unas cuantas revisiones sistemáticas de los ensayos que se han ido realizando con decenas de miles de personas analizando específicamente la seguridad y los efectos secundarios . Esta son las más relevantes, incluyendo sus resultados:

Safety of human papillomavirus (HPV)-16/18 AS04-adjuvanted vaccine for cervical cancer prevention: a pooled analysis of 11 clinical trials (2009): "No se observaron diferencias clínicamente relevantes entre los grupos de control y los vacunados de VPH-16/18 en la tasas de eventos adversos graves (2,8% frente a 3,1%), condiciones significativas médicas (19,4% frente a 21,4%), nuevas apariciones de enfermedades crónicas (1,7% en ambos grupos) ni nuevas apariciones de enfermedades autoinmunes (0,4% versus 0,3%). Del mismo modo, no se observaron diferencias en los resultados del embarazo o las tasas de abandono debido a eventos adversos o reacciones adversas graves entre los grupos

Safety of human papillomavirus (HPV) vaccines: a review of the international experience so far(2009): "(...) coincidimos con los órganos consultivos internacionales en que ambas vacunas contra el VPH son seguras, eficaces y de gran importancia para la salud de la mujer".

Clinical trial and post-licensure safety profile of a prophylactic human papillomavirus (types 6, 11, 16, and 18) l1 virus-like particle vaccine (2010): "La vacunación contra el VPH-6/11/16/18 se asoció con más dolor en el lugar de inyección que el placebo, pero la incidencia de eventos adversos sistémicos similares y graves y nuevas condiciones médicas potencialmente consistentes con los fenómenos autoinmunes fueron similares en ambos grupos. En base en la revisión de la información de seguridad posterior a la aprobación, los beneficios de la vacunación para prevenir la mayoría de las lesiones precancerosas del aparato genital y el cáncer siguen siendo muy superiores a sus riesgos

Safety of human papillomavirus vaccines: a review (2013): "Las reacciones sistémicas han sido generalmente leves y limitadas. Después de la vacunación se han producido desmayos, pero pueden ser evitado con la atención adecuada. Los eventos graves adversos, como la anafilaxia, son raros, y aunque no se recomienda su uso durante el embarazo, los resultados del embarazo anormal después de la administración inadvertida no parecen estar asociados con la vacunación. (...):los estudios sobre la aparición de enfermedades crónicas y autoinmunes bien diseñados no muestran asociación entre la vacuna contra el VPH y tales condiciones"

Post-licensure safety surveillance for human papillomavirus-16/18-AS04-adjuvanted vaccine: more than 4 years of experience (2014): "El perfil de seguridad parece ser consistente con los datos presentados para la aprobación d e la vacuna del VPH-16/18, presentando un perfil de riesgo-beneficio aceptable en las niñas y mujeres adolescentes".

Pooled analysis of large and long-term safety data from the human papillomavirus-16/18-AS04-adjuvanted vaccine clinical trial programme (2014): "El análisis de los datos de seguridad derivados de 57 580 sujetos y 96 704 dosis de VPH-16 y 18  muestra que la incidencia y la distribución de los efectos adversos fueron similares entre el grupo receptor y el de control. No se identificaron nuevas señales de seguridad. Los datos confirman hallazgos anteriores de que el VPH-16/18-vacuna tiene un perfil de riesgo-beneficio aceptable en las adolescentes y mujeres adultas."

Immunogenicity and safety of the human papillomavirus vaccine in patients with autoimmune diseases: A systematic review (2015). En esta revisión específica dela seguridad para personas con enfermedades autoin munes se concluyó que "Los resultados de nuestra revisión sugieren que las vacunas contra el VPH son eficaces y seguras en la mayoría de los pacientes afectados por enfermedades autoinmunes".

Safety of human papillomavirus vaccines: a review (2015): "En base de los últimos datos científicos, las vacunas contra el VPH parecen seguras. Sin embargo, la preocupación del público y los rumores acerca de los eventos adversos (EA) representan una barrera importante para superar poder aumentar la cobertura de vacunación."

Como se puede comprobar, todas ellas concluyen que no hay riesgos importantes y que los beneficios son bastante superiores a los posibles efectos adversos.

Por internet se pueden leer  hipótesis y argumentos sobre el riesgo de otros posibles efectos secundarios a largo plazo, como por ejemplo el posible refuerzo de algunos virus como respuesta a la eliminación de otros o la posibilidad de debilitamiento del sistema inmunitario, entre otras. Ninguna de ellas tiene soporte científico y ni siquiera hay indicios razonables de que puedan llegar a ocurrir en algún momento.

Testimonios de efectos secundarios

A pesar de lo que dicen los ensayos, en internet es fácil encontrar información sobre graves efectos secundarios, basada en testimonios que describen situaciones realmente dramáticas. Al hablar de vacunas estos testimonios suelen ser de niños, lo cual los hace aún más impresionantes. Por otro lado, algunos medios de comunicación suelen publicar titulares sensacionalistas desde esta misma perspectiva..

Hay que decir con firmeza que toda esta información es engañosa y lo único que hace es aumentar la confusión. Los testimonios solo consiguen impulsarnos a hacer valoraciones basadas en las emociones, obviando la lógica y el razonamiento.

Por ejemplo, existen muchos testimonios igual o más escalofriantes relacionados con niños y jóvenes afectados por otros temas mucho más cotidianos: accidentes de tráfico, caídas, ahogamientos o lesiones medulares en playas y piscinas. Todos estos son accidentes que estadísticamente ocurren con mucha más frecuencia que los efectos secundarios de las vacunas (fuente). ¿Dejamos entonces de montar a nuestros hijos en el coche, les prohibimos jugar, no les llevamos a la playa o a la piscina? Evidentemente no, porque la probabilidad sigue siendo muy baja y porque los beneficios (una vida normal y satisfactoria) compensan a tan bajo riesgo.

Hay que tener claro que cualquier intervención médica, sea cual sea, puede tener efectos adversos, desde tomar una pastilla hasta someterse a una operación. Algunas son más probables, otras menos, pero la posibilidad existe. Con todas ellas, incluidos los programas de vacunación, la valoración se debe hacer analizando beneficios y riesgos. Y, como hemos visto, no existen evidencias para pensar que la vacuna sea excepcionalmente peligrosa.

Es normal que existan personas que piensen que la vacuna les ha hecho algún mal. Al ser un tratamiento que supera los cien millones de dosis de todo el mundo, por pura probabilidad, es seguro que unas cuantos receptores enfermarán (incluso gravemente) o fallecerán en algún momento posterior a su aplicación. Y es absolutamente comprensible que, en la búsqueda de una causa para esa dolorosa situación, las personas y sus familias se inclinen por culpar a las vacunas. Es lo que ocurre con algunos padres que están convencidos de que el autismo de su hijo se debe a la vacunación, a pesar de que numerosos estudios no hayan encontrado ni un solo indicio de esa causa-efecto y de que se haya comprobado que uno de los principales impulsores de esta idea era un estafador. El problema es que los primeros síntomas del autismo, que dependen del nivel de desarrollo del cerebro, coinciden en el tiempo con la edad de administración de vacunas. Y para unos padres es muy difícil aceptar que un niño que parecía normal empiece a acumular problemas sin razón aparente. Como digo, son situaciones muy delicadas y hay que ser comprensivos, apoyando a las personas afectadas y ayudándoles en su sufrimiento. Pero también situarlas en su contexto.

La única forma rigurosa de evaluar epidemiológicamente estos testimonios es desde una perspectiva global, haciendo una vigilancia masiva de los eventos adversos. Para ello las autoridades sanitarias disponen de sistemas de vigilancia específicos para las vacunas tras su aprobación. La siguiente infografía del  CDC lo explica visualmente:



Como se puede observar, existen varios mecanismos y para entender mejor cómo funcionan y lo que realmente hacen, a continuación vamos a conocer lo que ha ocurrido de acuerdo a los datos que reportan las personas vacunadas de VPH en EEUU durante los últimos años, basándonos en datos y hechos objetivos recogidos por estos sistemas.

El CDC y la FDA crearon VAERS en 1990  (fuente), un sistema nacional de notificación que recopila los reportes de proveedores y pacientes - cualquiera puede entrar y dejar su testimonio en la plataforma online - relativos a los eventos adversos comunes que se producen después de la vacunación. Este sistema no está diseñado para determinar si un evento adverso ha sido causado por una vacuna, pero sí para identificar señales o tendencias que puedan merecer mayor estudio.

Desde junio de 2006 y marzo de 2014, se distribuyeron aproximadamente 67 millones de dosis de Gardasil Tetravalente en los Estados Unidos y VAERS recibió un total de 25.063 notificaciones de eventos adversos (22.867 en mujeres y 2.196 hombres) después de la recepción de esta vacuna (fuente). Las notificaciones entre las mujeres alcanzaron su punto máximo en 2008 y disminuyeron posteriormente cada año (fuente). La proporción de notificaciones a VAERS que fueron clasificadas como graves (es decir, las de incapacidad permanente, hospitalización, enfermedades graves o muerte) alcanzaron su punto máximo en 2009 (12,8%) y luego disminuyeron a 7,4% en 2013. Del total de notificaciones, el 92.4% fueron clasificadas como no graves. Entre los eventos adversos no graves, los síntomas más comúnmente notificados en mujeres fueron el síncope (desmayo), mareos, náuseas, dolor de cabeza y fiebre; en los hombres fueron mareos, síncope, palidez, dolor de cabeza y pérdida del conocimiento. En general, los síntomas locales más frecuentes fueron dolor en el lugar de la inyección y enrojecimiento. Entre el 7,6% del total de informes clasificados como graves, los síntomas mas frecuentes fueron el dolor de cabeza, náuseas, vómitos y fiebre.  Todos estos datos son coincidentes con los datos de los ensayos clínicos previos a la aprobación y con el resumen de 2009 publicado tras los primeros 2,5 años (fuente).

Tras la aprobación, desde junio de 2006 a marzo 2014, se presentaron un total de 96 notificaciones de muerte tras recibir la vacuna. De ellos solo 47 pudieron confirmarse mediante certificados de defunción, informe de la autopsia u otra documentación médica. Las causas certificadas incluían la meningitis bacteriana, la miocarditis viral, la embolia pulmonar, la cetoacidosis diabética y trastornos convulsivos. La revisión detallada por funcionarios médicos del CDC y la FDA de todas las notificaciones de muerte no identificó ningún patrón de ocurrencia con respecto al tiempo después de la vacunación, el número de dosis de vacuna, la combinación de vacunas administrada o el diagnóstico de muerte que sugeriría una asociación causal con la vacuna.

Por otro lado, además de VAERS, existe otro mecanismo de vigilancia observacional para los eventos adversos. Se llama VSD, y es una colaboración entre el CDC y nueve organizaciones de salud para la vigilancia activa y la investigación cuya función es llevar a cabo evaluaciones de eventos específicos que podrían estar asociados con la vacunación. Pues bien, en el marco de esta iniciativa se analizaron datos del periodo 2006 a 2009 después de más de 600.000 dosis de vacuna tetravalente administrada a mujeres, sin que se observara un aumento de riesgo estadísticamente significativo para ninguno de los indicadores especificados: síndrome de Guillain-Barré, evento cerebrovascular, tromboembolismo venoso, apendicitis, convulsiones, síncope, reacciones alérgicas y anafilaxia (fuente).

En lo que respecta al gobierno español, la información de vigilancia parece que no es tan accesible, lo único que he encontrado ha sido este comunicado del Ministerio de Sanidad como respuesta a un par de caso de eventos adversos tras la vacuna.

De cualquier forma, a partir de los datos de vigilancia disponibles en EEUU y otros países, no podemos deducir que haya razones para pensar en efectos secundarios especialmente relevantes debidos a la vacuna del VPH. Sin embargo, los más críticos con esta vacuna suelen mencionar con frecuencia que en Japón se ha dejado de aplicar. Siendo rigurosos, en Japón lo que ha ocurrido es que el gobierno ha dejado de recomendarla proactivamente, especialmente por presión mediática y para calmar los ánimos de grupos antivacunas (fuente), pero sigue estando disponible y gratuita. La frase del grupo de trabajo del gobierno japonés fue "La decisión no significa que la vacuna en sí sea problemática desde el punto de vista de la seguridad ", (...), queremos ofrecer la información que puede hacer que las personas se sienten más tranquilas" (fuente). Y la realidad era que la vacuna del VPH presentó más casos adversos que algunas vacunas comunes, pero menos que la vacuna de la encefalitis, que también se incluye en el programa japonés desde hace tiempo (fuente). Posteriormente, diversos estudios y artículos de expertos han valorado negativamente esta decisión gubernamental (123), ya que es un país en el que aunque la incidencia de este tipo de cáncer es baja, tan solo una cuarta parte de las jóvenes se hacen el seguimiento ginecológico necesario y el test Papanicolau.

Para finalizar con esta cuestión, conviene saber que en España gran parte de la información en contra de esta vacuna y sobre testimonios de afectados proviene del periodista Miguel Jara, que ha escrito un libro con planteamientos muy discutibles sobre el tema y que es socio de una empresa cuya actividad es la de actuar como abogados de afectados por las vacunas. En su web suele enlazar los mismos testimonios repetidas veces y anima con frecuencia a posibles afectados a contratar sus servicios.

Coste-beneficio

Si bien los datos muestran que a nivel individual, la relación riesgo-beneficio es prometedora para la vacuna del VPH, la relación coste-beneficio desde una perspectiva de salud pública es probablemente la cuestión sobre la que más controversia podría haber.

Por un lado, como ya he comentado, la incidencia en el mundo del cáncer de cuello de útero es normalmente mayor en los países menos desarrollados (fuente). España en concreto es baja, entre 5 y 15 casos por 100.000 habitantes, dependiendo de la región (fuente). En 2012 se registraron unos 2500 casos de cáncer de este tipo y 850 muertes debidas al mismo (fuente). A modo de comparación, para 2015 la Sociedad Americana contra el Cáncer ha publicado que en EEUU se esperan unos 13.000 nuevos casos de cáncer y unos 4000 fallecimientos por esta causa (fuente).

Por otro lado, debido a su evaluación en base a prevención de neoplasias, todavía no sabemos el porcentaje de cánceres de cuello de útero que realmente se pueden prevenir. La importante reducción de infecciones y neoplasias de los ensayos invitan a ser optimistas, pero podría haber factores que modificasen estas expectativas. Según algunas previsiones, se podría pensar en prevenir casi la totalidad de los cánceres debidos a VPH-16 y 18 y, por lo que indican los ensayos, cierta cantidad de los derivados de otros virus. Considerando también otros factores, como la posible pérdida de eficacia con el tiempo, algunos modelos concluyen que en 50 años se podrían evitar entre el 50% y el 75% de los casos de cánceres de este tipo y entre el 25% y el 50% de los fallecimientos en mujeres (fuente). Para el caso de España, hablaríamos aproximadamente de una reducción anual de entre 1000 y 2000 casos de cáncer de útero y 400-600 fallecimientos, así como de los costes sanitarios relacionados. Aunque por otro lado, no parece que a corto plazo la vacuna vaya a servir para reducir los costes de seguimiento habituales, ya que todos los expertos siguen recomendando el seguimiento ginecológico y el tesp pap. Aunque si la vacuna muestra un alto grado de efectividad, es lógico pensar que estas revisiones podrían reducirse u optimizarse.

Insisto en que todo esto no son más que cálculos basados en modelos y que varían bastante, dependiendo de los estudios,ya que hay bastantes variables con un alto grado de incertidumbre.

Por otro lado, el coste que supone la vacuna es relativamente elevado comparado con otras. Su precio al público suele oscilar entre 100 y 150 dólares y aunque es esperable que este precio se haya reducido sustancialmente cuando los gobiernos han negociado la compra de grandes cantidades con los fabricantes, probablemente siga siendo bastante elevado comparado con el de otras vacunas, que suele ser de unos pocos euros. Considerando que en España hay que vacunar anualmente a muchas decenas de miles de personas (unas 200.000 si se piensa en el 100%), la cifra final es realmente elevada. Evidentemente, el análisis coste-beneficio final también deberá incluir una evaluación de los recursos económicos sanitarios disponibles en cada país y su distribución, en función de las necesidades específicas prioritarias de cada uno de ellos.

Siguiendo diferentes modelos y aproximaciones, se han realizado estudios coste-beneficio en diversos países y algunas revisiones han aglutinado y recopilado esa información. La mayoría de ellas concluyen con resultados favorables a la vacuna del VPH:
Pero alguna otra no ha llegado a resultados claros ni positivos al realizar este tipo de análisis:
De cualquier forma, revisando estos trabajos se observa un elevado grado de variabilidad, de incertidumbre y de factores muy específicos de cada país. Personalmente, creo que los fabricantes deberán reducir significativamente el precio si quieren conseguir venderla de forma continuada y llegar a otros países, especialmente los menos desarrollados.

En lo que respecta a España, el único trabajo que he encontrado sobre este tema es "Cost-effectiveness of human papillomavirus vaccination and screening in Spain", en el que se hace un análisis de los métodos utilizados para la prevención del cáncer de útero, revisiones, test pap y la vacuna. En sus conclusiones propone diversas opciones de combinación de ambos métodos para conseguir el mejor equilibro y eficiencia.

Más lecturas

Esta es toda la evidencia que he podido recopilar sobre la vacuna del VPH. Además de todos los enlaces y referencias que he ido incluyendo a lo largo del artículo, si alguien quiere profundizar en el conocimiento científico del virus y de la vacuna puede recurrir a las siguientes lecturas:
Por otro lado, si alguien desea leer algo más general y divulgativo sobre las vacunas, recomiendo los siguientes artículos:
Conflicto de interés

Finalizo comentando que aunque por formación universitaria soy químico, nunca he trabajado para empresas químicas, farmacéuticas ni similares, ni recibo ningún tipo de ingreso ni compensación por escribir sobre las vacunas.

Este post lo he escrito por iniciativa propia.

Via: El blog de Centinel

Apuntes olvidados, datos ignorados y muchas tonterías sobre las vacunas

La noticia más comentada y posiblemente la más relevante de la semana pasada fue sin duda la aparición de un caso de difteria en España después de casi tres décadas libres de esta terrible enfermedad. Ha sucedido en Cataluña, en el seno de una familia contraria a las vacunas y el enfermo, un niño de seis años, sigue hospitalizado después de siete días y según los médicos que lo están tratando el pequeño se encuentra en estos momentos “estable dentro de la gravedad”.

Desde ámbitos científicos, médicos, organizaciones de pediatras, asociaciones de padres e incluso desde el propio Gobierno se ha hecho mucho hincapié durante estos días en la importancia de la vacunación, e incluso los propios padres del niño con difteria han declarado sentirse engañados por los grupos antivacunas.

Aunque es posible que el lector se encuentre abrumado por la cantidad de opiniones, artículos y frentes abiertos en redes sociales sobre este tema, personalmente he preferido esperar a que pasaran varios días desde que se produjo la noticia y alejarme así de la marea de comentarios y debates en caliente que han surgido durante la semana, para intentar tratar el tema con mayor calma y objetividad. Eso sí, voy a exponerlo todo de manera clara, directa y sin morderme la lengua.

En primer lugar me gustaría comenzar con una afirmación rotunda pero basada en la realidad, los hechos: Las vacunas han salvado y siguen salvando millones y millones de vidas. Es imposible cuantificar la cantidad de personas, sobre todo niños, que han muerto en los siglos pasados por culpa de enfermedades horribles como la poliomelitis, la difteria o la viruela. Desde la aparición estelar de las vacunas la esperanza de vida se ha multiplicado de una manera impensable en tan solo unos siglos.

Por primera vez, en toda la Historia del ser humano, estamos a las puertas de erradicar enfermedades y epidemias que en otros tiempos masacraban ciudades, países e incluso continentes enteros.

A día de hoy contamos con el remedio contra males históricos como el tétanos, la rabia, la peste, la difteria, la tosferina, la poliomelitis, la fiebre amarilla, el sarampión, la rubeola, las paperas, la varicela, e incluso se ha eliminado por completo en todo el mundo una enfermedad tan mortal como la viruela, algo que se ha conseguido por primera vez desde los inicios de la Humanidad.

Imaginen que un día conseguimos un remedio para el cáncer capaz de curar esa terrible enfermedad en un 95% de los casos, ¿entenderían que alguien estuviese en contra? Entonces, si el éxito de las vacunas es tan notable, ¿Por qué existen grupos antivacunas?

Para comenzar hay que remarcar un hecho importante: Los grupos antivacunas en España son muy minoritarios. Por mucho ruido que hagan, lo cierto es que hoy en día no hay ningún debate abierto sobre la importancia de vacunar. El riesgo real, más callado y desapercibido, no son los antivacunas sino la pobreza y la exclusión social que aparta del calendario de vacunación a sectores marginados de la sociedad. Ahí es donde se debe luchar, ese es el verdadero problema a solucionar.

Una de las grandes proclamas de los grupos antivacunas es que éstas no son 100% seguras. Sin embargo, nadie lo niega, es cierto: las vacunas, al igual que cualquier otro medicamento, no son 100% seguras, puede presentar complicaciones y contraindicaciones.

Pero esta sonora reclamación se contesta fácilmente viendo los casos negativos y comparándolos con los millones y millones de casos positivos. El 99.99% de las vacunas aplicadas salvan vidas y protegen de manera efectiva contra enfermedades mortales.

Además, ¿qué significa realmente eso de 100% seguro? Eso no existe, es una tontería. Salir a la calle no es 100% seguro, estar en tu propia casa no es 100% seguro. Lo siento pero vives en un mundo donde vas a encontrar pocas cosas 100% seguras. Comer no es 100% seguro, siempre pueden existir intoxicaciones y alimentos en mal estado. Hacer ejercicio no es totalmente seguro, siempre te puedes lesionar. Todo es cuestión de sopesar las ventajas y los inconvenientes.

Los cinturones de seguridad en los coches no son 100% seguros, te pueden levantar ampollas, te puedes hacer rozaduras e incluso hay casos donde han causado la muerte por asfixia… No, no son 100% seguros… ¿y qué? ¿Alguien en su sano juicio cuestiona las ventajas de ponerse el cinturón de seguridad en un coche?

Una buena parte de este problema antivacunas reside en nuestra poca memoria histórica. La eficacia de la vacunación ha eliminado de nuestro imaginario los horrores de estas enfermedades. Ya nadie recuerda lo que significaba que pueblos enteros murieran debido a la peste o a la fiebre amarilla. Pocos se acuerdan de cómo era morir escupiendo sangre por culpa de la tuberculosis. En nuestros días, solo los más mayores recuerdan cómo algún hermano suyo murió de viruela o de tos ferina.

La viruela ha sido la primera enfermedad erradicada en la Historia de la Humanidad. Así era morir por viruela.
El resto de nosotros, que hemos crecido sanos sin estas amenazas, tenemos que irnos lejos de nuestras modernas ciudades para encontrar aún rastros de lo que significa que un hijo tuyo se vea afectado por la poliomelitis.

Un niño con difteria. Gracias a que contamos con una vacuna efectiva ya no se ven muchos casos así.
Hemos olvidado lo que significaban esas enfermedades, la medicina moderna gracias a la vacunación las ha acorralado y poco a poco están siendo erradicadas. Por eso, muchos subestiman su peligrosidad. Creen que son enfermedades leves y de poca importancia, otros creen que ya no se contagiaran y algunos que creen que no importa si se contagian puesto que tienen cura…

Todas estas opiniones y creencias son falsas. Es irresponsable pensar que son enfermedades veniales, son enfermedades graves, muy peligrosas y en muchos casos mortales de necesidad.

Y no contamos con cura para muchas de ellas. Te pondré un ejemplo para que lo entiendas mejor: La rabia. La rabia es una enfermedad infecciosa viral que afecta al sistema nervioso causando indefectiblemente la muerte. En los primeros estadíos de la enfermedad y gracias a la vacunación (sobre todo en perros y otros animales, que históricamente han sido los principales transmisores de esta enfermedad en humanos por zoonosis) se puede controlar y salvar la vida. Pero si el virus se extiende, no hay cura posible.

En toda la Historia de la humanidad solo hay un caso documentado de una persona que ha sobrevivido a la rabia. Ese virus está disperso por todo el planeta oculto en mamíferos de toda clase (perros, gatos, murciélagos…) dispuesto a colarse en tu organismo con un simple mordisco o arañazo. Pasadas las dos primeras semanas donde la vacuna hace efecto, ya no hay nada que hacer y la muerte es rápida e irremediable.

Otro de los mayores bulos que habrás escuchado alguna vez y que ha sido ampliamente difundido por aquellos que son contrarios a las vacunas es que la triple vírica (una vacuna contra sarampión, paperas y rubeola) ha provocado casos de autismo. No solo es mentira, sino que es el resultado de un fraude planeado por un médico deleznable.

En 1998 una persona despreciable llamada Andrew Wakefield publicó un estudio falso en el que afirmaba que la vacuna triple viríca causaba autismo. Aquella publicación causó un gran revuelo y muchos sectores de la sociedad estadounidense comenzaron a oponerse a la vacunación.

Unos años después, y cuando el bulo ya corría por todos lados, el Consejo Médico de EEUU desmontaba todo el engaño y demostró que Wakefield actuó al realizar ese estudio “deshonesta e irresponsablemente“, “mostró un cruel desprecio” por el sufrimiento de niños y jóvenes al someterles a pruebas innecesarias, “abusó de su posición de confianza” y “provocó el descrédito de la profesión médica“. Todo era mentira. Wakefield fue expulsado del Colegio de Médicos y más tarde por fin pudimos saber que su plan era ganar millones de dólares infundiendo miedo.

Aun así, aunque todo lo que hizo este sinvergüenza fue para hacerse millonario y fue un fraude, hoy en día todavía hay gente que no lo sabe y sigue creyendo que las vacunas provocan autismo. Una vez que un bulo comienza a andar es muy difícil pararlo aunque se demuestre una y mil veces que es mentira, la verdad no llega tan rápido como el bulo.

Y aquí llega otra de las patas de todo este desaguisado, una de las muchas formas en que se extiende la desinformación y los bulos: Los medios de comunicación.

Que unos padres decidan no vacunar a su hijo y que el pequeño enferme de difteria, en un país donde esa enfermedad no aparecía desde hace 28 años, es noticia. Y es normal que los medios de comunicación se hagan eco de este suceso.

Pero lo que no es de recibo es que, por conseguir lectores y audiencia, monten un debate y una polémica que no existe amparándose en la puñetera equidistancia.

No hay ningún debate abierto sobre las vacunas. Igual que no hay un debate sobre si fumar es bueno o es malo. Sin embargo, muchos medios ganan audiencia con las peleas, las tertulias donde no se entiende a nadie porque montan su show a grito pelado y los debates con posturas enfrentadas.

Es la estúpida idea de que hay que dar voz a todas las partes, como si todas las opiniones fuesen iguales y tuviesen el mismo rigor. No, lo siento, pero no… No todas las tonterías que surgen en cualquier esquina tienen el mismo peso y la misma importancia, y no hay que darle voz al experto de turno apoyando su correspondiente chifladura.

Por ponerle salsa rosa a la información, por buscar el espectáculo en lugar del rigor, por venderse al bullicio y el jaleo de traer al plató a cualquier personaje estrafalario poniéndolo a la misma altura que un profesional que ha dedicado décadas de su vida a la investigación, por esto y por mucho más, muchos medios de comunicación están engañando a la sociedad.

Están haciendo creer a la sociedad que hay dos posturas en igualdad de posiciones, creando una sensación general de que el tema no está claro o de que hay dudas, simplemente para vender polémica y ganar audiencia en el enfrentamiento. ¿Por qué hay que invitar a un programa de televisión o de radio a un investigador geólogo y enfrentarlo en un debate con un chalado que afirma que la Tierra es plana?, ¿Deberíamos realizar una tertulia entre un médico colegiado y alguien que dice que los niños vienen de París? O quizá sea eso, quizá el siguiente paso en los periódicos y televisiones del mundo sea juntar estupidez y conocimiento, mezclarlo todo y presentarlo al público como si todo fuese igual.

No me gustaría terminar sin hacer una breve referencia a esa idea de que la “industria farmacéutica” es un ente malvado que quiere conquistar el mundo, como si fuese una especie de sociedad secreta en una novela de James Bond. E intentaré hacerlo de la manera más racional que me sea posible.

Sí, algunas farmacéuticas no se comportan de manera ética, hay muchos ejemplos en el pasado y los sigue habiendo en la actualidad. Y sí, deberían hacerse responsables de multitud de actuaciones fraudulentas, monopolísticas e insolidarias. Para eso necesitamos de nuestra actuación como sociedad moderna, para denunciar abusos y llevar hasta la justicia esas actuaciones.

Pero ya está bien de meterlo todo en el mismo saco. Hay que intentar ser objetivo y considerar los avances que la investigación farmacéutica nos ha reportado. No hay que olvidar a la ligera que cuando se habla de “industria farmacéutica” también estamos hablando de miles de personas que dedican su vida a investigar cómo erradicar enfermedades y hacer que nuestra calidad de vida sea mejor que en el pasado. La idea de que hay que volver a “lo natural” es una idea tan estúpida como desinformada. Las modas irresponsables de terapias naturales, basadas en conceptos milenarios y legendarios son un terreno peligroso. Basta con mirar la mortandad y la esperanza de vida que teníamos hace unos siglos cuando todo era tan natural. Si alguien quiere vivir en un mundo sin penicilina, sin medicamentos o sin investigación farmacológica, allá él, pero conmigo que no cuente.

Y sí, las farmacéuticas ganan dinero. Se podría entrar a valorar ampliamente el tema y buscar formas para mejorar el sistema actual, o cómo erradicar algunas prácticas intolerables, pero ganar dinero buscando la solución a enfermedades, me parece tan respetable, o más, que ganarse la vida vendiendo zapatos o refrescos.

Y sí, las farmacéuticas son un negocio, pero si vas a dejar de vacunar a tus hijos por este motivo, te contestaré con la frase del célebre Doctor House en la serie de televisión: ¿Sabes qué negocio también gana mucho dinero estos días? El negocio de los ataúdes para niños.

Como padre tú eres el responsable de lo que le ocurra a tus hijos y no me cabe duda de que quieres lo mejor para ellos. Hoy por hoy, la opción de vacunar es inmensamente mejor que la de no vacunar.

Via: Cuaderno de ciencias

¿Dudas si vacunar a tu hijo?

Acabamos de saber que un niño gerundense de seis años está ingresado en la UCI del hospital Vall d’Hebron (Barcelona) en estado muy grave. El motivo: sus padres no le vacunaron y ha enfermado de difteria, el primer caso en nuestro país desde 1987.

Este post está dirigido a los padres que dudan si vacunar a su hijo, para intentar evitar que algo así pueda volver a suceder. Parte del respeto y de intentar comentar las evidencias disponibles. Vamos allá.

Estás oyendo de gente que no ha vacunado a sus hijos, escuchas informaciones contradictorias, quieres hacer lo mejor. Hay gente que está en contra de la medicina moderna y piensa que deberíamos eliminarla y dejar que la enfermedad siga su curso o usar solo remedios tradicionales. Hay quien cree que las enfermedades infecciosas son cosas del pasado o inventos de las compañías farmacéuticas para ampliar su negocio. Post World War II United Kingdom poster promoting vaccination against diphtheria.Otros pueden haber tenido una experiencia donde alguien de la familia tuvo una reacción adversa a una vacuna. Este post intenta aclararte cosas, darte datos fiables, información contrastada. Ya te adelanto que estoy a favor de la vacunación pero querría que no lo hicieras por miedo o por obligación sino por el firme convencimiento de que estás haciendo lo mejor para tus hijos y cuando surja esta conversación puedas explicar por qué, después de leer e informarte, vacunaste a tus hijos.

Las vacunas no son seguras. Ningún agente farmacológico, incluido las vacunas, es seguro al 100%. Pero para que sea autorizado sigue un proceso de evaluación riguroso y largo (puede durar hasta diez años) donde se comprueba que sus beneficios son enormemente superiores a los riesgos. Muchos de los problemas que alguna gente comenta no surgen de la propia vacuna sino que son simplemente algo que sucedió al mismo tiempo que la vacunación pero no son dos cosas conectadas. Las reacciones negativas de las vacunas son muy leves como dolor o enrojecimiento en la zona de inyección o algo de fiebre pero estas molestias o los posibles riesgos son mínimos frente a los de las enfermedades que las vacunas evitan.

Las vacunas llevan ingredientes peligrosos. Según su tipo, las vacunas pueden llevar virus vivos, virus muertos, proteínas purificadas de virus, toxinas bacterianas inactivadas o polisacáridos bacterianos. Para asegurar su estabilidad pueden llevar aditivos como gelatina o albúmina. Algunas vacunas como las de la gripe o la fiebre amarilla se producen en huevos con lo que pueden causar una alergia si alguien tiene alergia a los huevos. Las vacunas también pueden llevar adyuvantes que son a menudo sales de aluminio para conseguir una respuesta mejor del sistema inmune, la parte de nuestro organismo que se encarga de la defensa

Las vacunas llevan mercurio que es un tóxico muy potente. La mayoría de las vacunas actuales son monodosis y no necesitan preservantes. Antiguamente, cuando las vacunas iban en un gran frasco del que se iban sacando sucesivamente las dosis de vacunas éstas podían llevar como conservante una sal de mercurio (timerosal o tiomersal) que contenía un producto que era el etilmercurio. Éste es distinto que el metilmercurio, que es una neurotoxina. Durante 80 años se usaron vacunas con pequeñas cantidades de timerosal y no se vieron nunca daños.

Las vacunas se cultivan en células de abortos. Algunos virus solo se reproducen en células humanas. Para producir estas vacunas necesitas un suministro estable y controlado de células humanas. Eso se consigue usando líneas celulares, que son células que se cultivan desde hace más de cincuenta años. Son líneas «eternas» que producen todas las células que necesitemos.

Las vacunas debilitan el sistema inmune. El sistema inmune empieza su desarrollo en la etapa fetal. Mientras va madurando los recién nacidos están protegidos frente a muchas infecciones, pero no todas, por los anticuerpos de su madre. Las vacunas refuerzan la respuesta del sistema inmune y están pensadas para integrarse en el desarrollo normal del niño. Cada niño está expuesto a muchas sustancias nuevas cada día y genera anticuerpos contra ellas. No suele haber ningún problema para generarlos también para las moléculas que forman parte de la vacuna.

No me gusta que nadie me diga lo que tengo que hacer con mis hijos. Lo entiendo. Es posible y a veces hasta comprensible que desconfíes de los gobiernos, las instituciones, las universidades, los investigadores… pero piensa que la inmensa mayoría de los médicos están a favor de las vacunas, la inmensa mayoría de los investigadores defienden su uso. Es posible que pienses que alguno tenga intereses económicos, incluso que pueda ser tan desalmado que a cambio de dinero ponga en riesgo la vida de niños pero ¿el 99%? ¿Crees que todos los pediatras, o el 99% son unos asesinos en potencia? ¿qué opinas que ese mismo 99% vacune a sus hijos? ¿No crees que si fuera una argucia para conseguir sobornos, se quedarían con el dinero pero no vacunarían a sus hijos?

En un tema de salud ¿de quién debes fiarte? ¿De quién puedes fiarte?Por otro lado, todas las sociedades se organizan con normas generales. Esas normas indican a qué edad se empieza la escuela, a qué edad se puede votar y a qué edad y qué vacunas se deben poner de forma obligatoria. Ese calendario de vacunación es fruto del consenso. Los especialistas pueden discutir algún punto concreto del calendario de vacunación pero en general asumen que es un acuerdo bastante razonable.

Si yo decido poner en riesgo la vida de mi hijo es cosa mía. No me parece defendible que un padre tenga el derecho a arriesgar la vida de su hijo pero es que además pones en peligro las vidas de los hijos de otros, que pueden no estar de acuerdo contigo. La leucemia linfoblástica aguda, un tipo de cáncer frecuente en niños, requiere un tratamiento que debilita las defensas y puede hacer que ese niño muera por una enfermedad que le ha contagiado tu hijo, porque ese niño no puede vacunarse. No es una mera hipótesis, han muerto niños con leucemia de que algún compañero sin vacunar le contagió enfermedades supuestamente leves como el sarampión.

Las multinacionales farmacéuticas hacen un gran negocio con las vacunas. Es verdad que el negocio de las empresas farmacéuticas se basa en vender productos sanitarios, medicamentos, también vacunas. Pero las vacunas son en general muy baratas. Una de las preocupaciones del siglo XX era que se trataba de un negocio poco interesante y cada vez había menos fábricas de vacunas. Afortunadamente otros países con grandes poblaciones, en particular en Asia, preocupados de que en caso de carestía no tendrían vacunas suficientes, han puesto en marcha sus propias fábricas. En el siglo XXI, han surgido nuevas vacunas, que se venden a precios mucho más caros y algunas empresas farmacéuticas occidentales se han vuelto a interesar por el tema de las vacunas.

He visto a un investigador alertando del peligro de una vacuna. Hay cientos de miles de investigadores en el mundo, en todos los países. Como en todos los colectivos hay gente muy preparada y gente menos preparada, hay personas que son enormemente respetadas y otras cuyas opiniones generan estupor entre sus compañeros. ¿Crees posible que un investigador crea algo totalmente estúpido? Yo sí lo creo posible, especialmente si es un mal investigador.

La verdad siempre surge de uno enfrentándose a la opinión de la mayoría. Es verdad, así es como avanza la ciencia. Pero no se basa en opiniones, se basa en el método científico que consiste en hacer una hipótesis (este medicamento es eficaz y seguro), hacer una experimentación (ver los resultados en grupos similares, uno al que se da el medicamento y otro al que no se le da) y llegar a conclusiones.

Igual que hay físicos que pueden creer en el horóscopo, hay médicos que creen en la homeopatía e investigadores que no apoyan las vacunas. Pero son pocos, los peor formados y no suelen querer debatir con sus compañeros porque quedan siempre en ridículo.

Las vacunas no sirven para nada. La esperanza de vida en España pasó de 34,9 años a más de 80 entre 1900 y 2014. La muerte de niños que antes era una constante en todas las familias ahora se ha convertido en una desgracia excepcional. Una buena parte de ese progreso se debe a las vacunas. Se calcula que cada año las vacunas salvan la vida de tres millones de niños.

Si las vacunas fueran tan eficaces habrían acabado con las enfermedades. Hemos conseguido acabar con una enfermedad terrible, la viruela, gracias a la vacuna. En toda la historia de la Humanidad es la primera vez que lo logramos. Antes, uno de cada siete niños moría de viruela, es decir, millones. Ahora ninguno. Estamos muy cerca de conseguir erradicar la segunda, la polio. En 1988 estaba en 150 países, hoy solo queda en 3, pero nos resulta muy difícil vacunar a todos los niños en esos países. En algunos casos, como en Pakistán, la gente que ponía vacunas ha sido asesinada.

Las vacunas causan autismo. No es verdad. Esta teoría fue el invento de un miserable, Andrew Wakefield, que había patentado su propia vacuna y quiso desprestigiar la vacuna triple vírica para ganar dinero. Numerosos estudios han demostrado que no hay relación entre las vacunas y el aumento de casos de autismo que estamos teniendo.

Las vacunas causan asma y alergias. No es cierto. No hay ningún dato que corrobore esta información. Al contrario, es muy importante que los niños con asma reciban todas la vacunas porque para ellos coger una enfermedad como tosferina o gripe puede agravar su asma.

Las vacunas pueden causar una reacción mortal. Es cierto. Prácticamente todos los medicamentos pueden causar una reacción adversa. Por ejemplo, la aspirina puede causar hemorragias intestinales que te podrían llevar a la muerte pero en todos los casos se sopesan los riesgos y los beneficios y en el caso de las vacunas los beneficios son abrumadoramente mayores. El riesgo de ponerse una vacuna es menor que el de utilizar un automóvil.

Las vacunas han causado muertes. Es verdad. En el siglo XIX, Robert Koch intentó usar la tuberculina como vacuna de la tuberculosis pero lo que consiguió fue reactivar una tuberculosis que estaba latente y algunas personas murieron. En el siglo XX, los laboratorios Cutter prepararon un lote de vacunas contra la polio que estaba defectuoso y de las 120.000 dosis empleadas, 5 niños murieron. Aprendimos de esos errores porque la ciencia es como avanza, viendo lo que ha pasado, reforzando sus controles, mejorando sus procedimientos. El número de personas salvadas por las vacunas es cientos de miles de veces superior a aquellos fallecidos a causa de una vacuna.

Cada vez aumentan el número de vacunas que quieren que nos pongamos, todo por el negocio. La ciencia avanza y afortunadamente vamos desarrollando nuevas vacunas. Los presupuestos de Sanidad no andan sobrados y se revisa con cuidado cualquier medicamento o vacuna, más aún si va a tener que administrarse a millones de niños. Si su eficacia y seguridad no están claras, no se incorpora al calendario de vacunaciones.

Si mi hijo enferma, ya le curarán. Siempre es mejor prevenir que curar. Por poner un ejemplo, la rabia es una enfermedad casi con seguridad mortal mientras que la vacuna contra la rabia, que se pone a los perros, funciona muy bien. En muchas otras enfermedades la eficacia de las vacunas es altísima y el riesgo de morir si se contrae la enfermedad, o de tener efectos secundarios es alto. Un buen ejemplo es este caso reciente de difteria. Como en general no hay casos de difteria gracias a la eficacia de la vacuna, no ha apenas ningún medicamento disponible. Se buscó toxina antidiftérica en Estados Unidos, Alemania y Suecia sin encontrar ninguna disponible. Finalmente se encontró en Rusia y se mandó en avión por valija diplomática. Un niño puede morir mientras se busca un medicamento eficaz.

Las vacunas alteran el equilibrio ecológico. Las vacunas son muy específicas y actúan contra un virus, una bacteria, un parásito. Es cierto que ese virus puede llegar a desaparecer por efecto de las vacunas (es lo que ha sucedido con el virus de la viruela del que solo quedan unas muestras guardadas que muchos pensamos que deberían ser destruidas) pero eso no altera a otras especies, no genera en sí ningún problema en los ecosistemas. Si volviera a haber viruela morirían millones de personas pero la solución a los problemas de sobrepoblación no puede ser la difusión de enfermedades, sino buscar equilibrios y apoyar la educación y el desarrollo económico que son las mejores herramientas para el control de la natalidad.

Me opongo a las vacunas por motivos religiosos. No puedo a entrar a discutir porque no tengo conocimientos teológicos pero entiendo que Dios, en todas las religiones, quiere lo mejor para los hombres; entiendo que Dios desea que usemos los medios disponibles para ayudar a otras personas, en particular a los más frágiles, a los más débiles; entiendo que las vacunas se basan en el funcionamiento del sistema inmunitario que para un creyente es también obra de Dios. Si puedes hacer algo para salvar la vida de un niño ¿qué dice tu religión? ¿debes hacerlo o debes desentenderte?image_thumb[1]

Prefiero usar vacunas homeopáticas. Las vacunas homeopáticas son ineficaces porque no contienen ingredientes activos y por tanto no estimulan el sistema inmunitario. De por sí no hacen daño por esa ausencia de sustancias eficaces pero son peligrosas si sustituyen a las vacunas que realmente funcionan. Usar una vacuna homeopática es similar a no vacunarse, la única diferencia es que la medicación homeopática cuesta dinero.

Confío aclarar con este post algunas leyendas urbanas. Por favor, no dudes en consultar cualquier duda que tengas, en plantear cualquier argumento que tengas en contra de la vacunación, es un tema muy importante y ojalá consigamos que la gente tenga una idea más clara de lo que está en juego

Via: UniDiversidad